sábado, 16 de mayo de 2009

Peter Brötzmann & The Chicago Octet/Tentet


En mayo del 68 (mes y año sobre el que más de uno fabula) el saxofonista alemán Peter Brötzmann grababa "Machine Gun" (FMP CD 24), un disco demoledor y básico a la hora de hablar del free de corte europeo. En esa sesión contó con la colaboración de algunos de los que después se han confirmado como números uno indiscutibles en el campo de la libre improvisación: Evan Parker, Willem Breuker, Fred Van Hove, Hank Bennink o Peter Kowald (completando el grupo Buschi Niegelball y Sven-Ake Johansson). Con toda seguridad "Machine Gun" fue uno de esos trabajos que se adelantan a su época, un trabajo de visionarios dejando correr libre su espíritu creativo. Sus algo más de sesenta minutos de duración siguen sonando frescos y actuales, tan frescos y actuales como ahora lo hace este monumental triple cd grabado en Chicago casi tres décadas después. "The Chicago Octet/Tentet" es básicamente un disco en tenteto, ya que tan solo el primero de sus temas (media hora) está grabado en octeto, pero no resulta nada difícil emparentarlo con esa máquina de escupir metralla de finales de los sesenta. Se doblan las rítmicas con dos baterías y los bajos (en realidad el segundo bajo del octeto/tenteto sería el cellista Lonberg-Holm) y los vientos con ese contundente apoyo/empuje de base se dedican a lanzar tralla. (En esta ocasión no hay armónico -piano- pero los saxos se ven acompañados de trombón -Jeb Bishop- y corneta -Joe McPhee-). Después de más de tres décadas de indisimulada militancia ayleriana, poco queda por descubrir del saxofonismo de Brötzmann. Su labor, amén de la solística, es en buena medida la de aglutinador del presente proyecto, una formación amplia integrada por la flor y nata de la escena de vanguardia de Chicago y que cuenta con el sueco, pero muy activo en Chicago, Mats Gustafsson y el histórico multiinstrumentista Joe McPhee como refuerzo estelar. La presencia de McPhee en este proyecto de "alto voltaje" demuestra que este gran improvisador sigue siendo capaz de moverse en contextos de free, pese a que sus trabajos regulares nos lo muestren en otros más relajados e intimistas en los que la interacción y el cuidado del sonido priman. También podría ser un triunfo postmorten de ese gran genio que fue Hal Russell ya que a su inseparable Williams y a su continuador Ken Vandermark se unen una serie de músicos que están dando vida a esa escena creativa por la que el apostó en Chicago y que tiene como estandarte/escaparate el Empty Bottle Festival Of Jazz And Improvised Music. A lo largo de las más de tres horas de música que contienen estos tres discos podemos escuchar el funcionamiento del grupo en directo y en estudio, con el derroche de energía (aunque hay momentos relajados) como norma (la escucha a "volumen brutal" corta en ocasiones la respiración). La presencia de Ayler, con el desparrame continuo de los saxos -o las melodías/marchas folklorico/aylerianas como es el caso del "Foolish Infinity" que firma el titular- son un claro reconocimiento al principal inspirador. "Other Brothers" de Vandermark es uno de esos momentos electrizantes -poderosos solos sobre base rítmica machacona-. Gustafsson firma "Old Bottles, No Wine" -donde tienen ocasión de expulsar a todos los demonios de su cuerpo a través de sus instrumentos- (lo repito una vez más, Gustafsson, la voz más personal de la escena improvisadora europea actual). "Makapoor" firmado por los baterías.... Y el que no lo conozca que no pierda la ocasión de descubrir las aportaciones de Lonberg-Holm. Demoledor y altamente recomendable (salvo que lo quieras utilizar como fondo para tu próxima declaración de amor -de principios sirve-). Y un diez para este sello que a sus joyitas publicadas hasta el momento promete añadir un dúo McPhee-Evan Parker y, ya para los más radicales, un doble de Parker a solo. A la (excitante) escucha estamos a la espera.

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