lunes, 30 de marzo de 2009

Kenny Wheeler


Melancólico es un adjetivo inseparable de Kenny Wheeler, ya se hable del aire nostálgico y de pérdida que respiran sus composiciones, o de su carácter, reticente hasta lo huidizo, puntilloso e hipercrítico con sus solos, y de protectiva modestia envuelta. Lo es también el poso que deja la escucha de estos discos bajo reseña que circulan alrededor suya, ya sea como trompetista o como autor. En ellos el estilo sigue ahí, en la escrupulosa factura de sus emotivos temas, y en un toque lírico en el que, a los 78 años de este caballero canadiense, la columna de aire que le hacía escalar como una exhalación hasta el registro más alto e interpretar elegante e inmaculadamente saltos interválicos, ha perdido consistencia, y, como consecuencia, bajado el lustre de su tono rotundo y dorado, uno de los más perfectos del jazz contemporáneo. La elección de un poco convencional trío de dos guitarras y un contrabajo en su anterior trabajo para CAM Jazz, It Takes Two, y su no presencia en algunos temas casi anunciaban una vocación de retiro, de refugiarse en la composición, ante la bajada de sus prestaciones como instrumentista, y no deja de ser significativo que la fecha de grabación de estos discos bajo reseña daten de la misma época que el citado It Takes Two. En este disco se encuentra acompañado por John Taylor al piano ,el Hugo Wolf String Quartet formado por Sebastian Gürtler y Régis Bringolf a los violines,Wladimir Kossjanenko a la viola y Florian Berner al violonchelo. El disco fue grabado en Octubre del 2005 en Ludwigsburg para la CAM Jazz.

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