lunes, 21 de septiembre de 2009

Johann Sebastian Bach & John Eliot Gardiner


Bach alcanza la cota 1127 de su catálogo BWV. En mayo del año 2005, se descubría en Weimar, en la Biblioteca de la Duquesa Ana Amalia, un aria inédita del viejo Johann Sebastian. Para que el azar fuera perfecto, la composición se había salvado milagrosamente de las llamas que pocos meses antes arrasaron ese valiosísimo legado gracias a hallarse provisionalmente fuera de sus anaqueles. Su texto formaba parte de una recopilación de odas de cumpleaños dirigidas al Duque Wilhelm Ernst de Sajonia-Weimar. Lo que menos se esperaba es que uno de los poemas, firmado por Johann Anton Mylius, un vate regional, llevara adosada su música de puño y letra del mismísimo Bach: "Aria Soprano e Ritornello". El musicólogo Michael Maul cayó sobre ella y reconoció al punto los rasgos de la escritura del Cantor. También los del estilo. El análisis confirmaba sus mejores sospechas. Página de circunstancias (pocas en el autor que no lo sean), el aria, de 1713 -el año de la Cantata de la caza, BWV 208-, instrumentada para cuerda y continuo, si no viene desde luego a revolucionar nuestro conocimiento del compositor, destila sin duda su encanto.Con la orquesta al superlativo nivel de costumbre y un fenomenal invitado por cierto en los atriles, Gabriele Cassone, a la trompeta y la trompa, muy requerido por las festivas partituras. Y un Monteverdi Choir portentoso, capaz además de dar solistas como Eli Manahan Thomas -que cantaba la oda rescatada-, Katharine Fuge, Joanne Lunn o los altos masculinos Tyson y Towers, quienes se suman con plena competencia a Gilchrist y Harvey, espléndidos tenor y bajo habituales. Referencias de Jesús Villasol.

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