lunes, 1 de junio de 2009

Tom Waits


Otro de Waits para terminar este buen dia de Junio. “Real Gone” es un disco de gravilla y herrumbre. Áspero y rudo, aunque también profundo, lleva más lejos que nunca la faceta más “difícil” de Waits, aquella que se comenzara a intuir en “Heartbreak And Vine”, se consagrara en el seminal “Swordfishtrombones” y encontrara su paroxismo provisional en “Bone Machine”. Desde entonces, esta cubista y agresiva exploración de la música tradicional norteamericana y centroeuropea se había convertido en un recurso sabiamente dosificado. No así en “Real Gone”, para el cual Waits grabó horas de su propia voz profiriendo rugidos y golpes guturales, dejando su garganta al rojo vivo, sangrando y esputando los jirones de carne, convirtiendo este material en un peculiar instrumento percusivo. Sobre esta insospechada base rítmica su renovada banda, en la que el piano brilla por su completa ausencia, grabó las pistas instrumentales, dejando como resultado un sonido único, aunque reconocible. La escueta banda, que incluye ilustres como el prodigioso guitarrista Marc Ribot, Les Claypool (bajo) y Brain (batería) de Primus, el veterano bajista Larry Taylor o la propia hija de Waits, Casey, a la percusión y turntables, ha sabido comprender a un verdadero marciano de andar por casa y nos ha conseguido regalar otro disco extravagante y especial, habitante feliz de una dimensión sonora propia, una suerte de hip hop tradicionalista y rústico que rompe todas las convenciones y suena más vanguardista que toda la electrónica del mundo. Repleto de “grooves” cíclicos de funk pantanoso y blues del Delta, por momentos parece un álbum de dance music para zombies epilépticos. Las tersas líneas de Ribot tornan, por ejemplo, “Hoist That Rag” en un mutante ritmo afrocubano en el que por su parte Waits nos regala simultáneamente una ruda exhibición vocal y una hermosa melodía subterránea. La clase de cosas que sólo ocurren en uno de sus discos.

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